15 de abril de 2014

Despertares resacosos



Visto el éxito del post anterior del ránking de los tíos italianos ya estoy planteándome de qué será el siguiente… Pero esta vez voy a hablar de los despertares de resaca.

Sí, cada persona es un mundo y cada despertar también; hay días y días; y si eres una de esas personas afortunadas  que se despiertan de buen humor y con ganas de comerse el mundo. Enhorabuena! Puedes sentirte realizado, que eso no le pasa a cualquiera.

Yo un día normal para llegar a tener la mitad de esa vitalidad matutina me tengo que tomar dos cafés y un té antes de salir de casa. Y después ir aliñando la mañana con otros cafelillos…

Si te levantas después  de haber salido… Eso ya es otro cantar…
Mi truco infalible del Ibuprofeno antes de acostarme e hincharme a beber agua nunca falla; pero como se me olvide estoy jodida…

Pero bueno, a lo que iba, que hay mil tipos de días diferentes y mil despertares diferentes.

A mi en realidad no se que me pasa, pero cuando me levanto de resaca; me da la hiperactividad. Sí, lo sé,  se que es una contradicción pero es así. Me levanto y me da por limpiar, o por irme a correr; lo más imprevisible. Pero más o menos la rutina de despertarse después de una noche gloriosa es la siguiente.

Abres los ojos sin saber si son las 10 de la mañana o las 2 de la tarde, últimamente tengo el horario cogido por el curro y a las 9 tengo los ojos abiertos como platos. Una putada sí; el otro día incluso llegué a dar un salto de la cama cual acróbata y me fui corriendo al baño a arreglarme convencida de que llegaba tarde al trabajo. Peeeeeeeeero NO, la cara de mi compañera de piso que estaba desayunando  al verme salir corriendo  ya me indicaba que algo raro estaba pasando…

Pues eso, que abres los ojos, desorientado sin saber exactamente la hora que es, y cuando ves que son las 10 de la mañana una felicidad recorre tu cuerpo y te das media vuelta y sigues durmiendo.
Pero en ese momento de placer hay diversas interrupciones dependiendo de cómo se diese la noche anterior. Normalmente tus tres o cuatro veces de levantarte a beber agua no te las quita nadie. 
Otro placer de la vida, BEBER CON SED. Y no hablo de beber el  ron o la ginebra de la noche anterior, no; hablo de esa sensación de que tienes la lengua como un calcetín y al beber agua sentirte la persona más feliz del mundo…

Tres o cuatro horas después , si has podido dormir del tirón te levantas.

Es aquí cuando empieza la segunda parte del ritual… LA LLAMADA. Es el momento en que abres el ojo y ves los Whatsapp, fichas las últimas conexiones de la gente para ver quién puede  ser el menos borracho de tus amigos y puede estar despierto. Cuando localizas a alguien “en línea”  decides llamar -todavía un poco contentillo todo hay que decirlo- para comenzar con tu confidente el proceso; el de COMENTAR la noche anterior; reconstruirla paso a paso.

Porque no nos engañemos, es algo que todos hacemos. Es así

Eso de la reconstrucción es muy relativo; pues hay noches en las que te acuerdas de todo y otras en las que las numerosas lagunas que invaden tu mente  hacen que hasta te llegues a replantear si saliste
Los momentos de los botellones y copas normalmente tienen poca chicha, pues ahí todos estáis juntos. El momento de desvelar el verdadero misterio llega a la hora de entrar al garito

Garito = lugar en el que cada uno elige su camino
Garito = lugar en el que unos pocos privilegiados entran, otros se retiran a casa,  otros deciden entrar más tarde…. Un misterio de verdad.

Es el momento de la entrada en el que ya comienzan las labores de reconstrucción y cada uno cuenta su versión. Que si uno acabó haciendo amigos; que si el otro acabó perdido por ahí; que si la otra ligó con el tío más raro del lugar; que si el amigo del colega del conocido de tu amiga  se puso a cantar por el micrófono…. En fin mil anécdotas que te cuentan que hacen que cada uno parezca que estáis hablando de distintas noches. Ni que decir ya cuando te hablan de alguna conversación que tuviste que ni recuerdas…

Los días en los que apenas duermes porque tienes que ir a currar o a la uni mejor no los comento; es algo que no se lo aconsejas a nadie.  Fruto de la típica noche en la que decides no salir "pero te lían" y acabas cerrando el garito con tu felicidad del momento sin importarte que en menos de dos horas te tienes que levantar.
Al día siguiente es otro cantar... Esos despertares no se lo deseas ni a tu peor enemigo... Eso sí; el momento de salir de trabajar y llegar a casa y abrazar el sofá puede convertirse en un verdadero placer...

Otros días te despiertas con la casa hecha un Cristo y te arrepientes de haber elegido como piso franco el tuyo, entre las bolsas de basura  y el sofá te encuentras a algún amigo tuyo durmiendo la mona; te da pena y le echas una mantita encima, no se vaya a constipar, pobrecito.  Después formará  parte del interrogatorio de la noche obviamente.


Pero sin duda los mejores despertares post-salida, son aquellos en los que tienes la sensación de habértelo pasado cojonudo, esos días en los que te despiertas con una medio sonrisilla en la cara, como un idiota; sabiendo que la noche anterior ha sido espectacular; y aunque no te acuerdes bien de todo, sabes que fue una noche TOP.






14 de abril de 2014

"I ragazzi italiani". El ranking de los 10 prototipos de tíos italianos


Dadme un tema sobre el que escribir, y en un ratillo os haré un articulito. Muchas veces no pongo nada en el blog porque no estoy inspirada. Pero debe ser que las tierras italianas y la primavera me están inspirando, o alterando la sangre.

Como ya sabéis este año he cambiado de destino, la Città Eterna ya no es mi ciudad, aunque siempre que puedo me escapo por allí. En su lugar estoy en Bolonia, una ciudad llena de gente joven y de todo tipo. Si algo me gusta de aquí son las distancias, pequeñas en comparación con Madrid y Roma donde he vivido; y la gran variedad de gente que encuentras.

Pues bien, en este post me voy a centrar en hacer mi propia clasificación acerca de los tipos de italianos que se ven por aquí y en Roma.  Muchos de estos los he sacado del famosoTinder, herramienta de ligue para algunos, instrumento de estudio social y antropológico para otros ( me incluyo en el segundo grupo), no sabéis las risas que os podéis echar jugando un poquito con esta aplicación. 

Siendo chica y española lo tienes prácticamente todo hecho para vacilar a quien quieras.

Pues bien, juntando mi experiencia y después de un largo periodo de observación os puedo decir que en Bolonia y Roma he visto los siguientes tipos de italianos. Ahí va mi ranking

1. El moñito: 
Se caracteriza por tener un moñito diminuto, del tamaño de una bellota en la coronilla. Su moñito y el van juntos a todas partes. Nunca le verás sin el, en serio. Hay variaciones del moñito, porque en algunas ocasiones se rapan los laterales para darle más protagonismo al susodicho, como un mohicano. Precioso

2. El “tamarro”:
Es el típico prototipo de macarra español que veranea en Gandía y se va los fines de semana al Fabrik o a Radical. Lleva el chándal metido por dentro de los calcetines (estos si pueden ser de estampado de estrellitas mejor), las cejas más depiladas que nosotras y unas camisetas con unos escotes dignos de Jersey Shore.  Los rayos UVA son su religiónSu lugar de veraneo aquí es Rimini, el paraíso macarra, y no dudará en soltarte cualquier guarrería o invitación si te lo cruzas por la calle. Podemos meterlo también en el grupo de italiano pesado.

3. El músico frustrado: 
Su accesorio es la guitarra, hecha una mierda. Cuanto más sucia y gastada esté mejor. Así puede fardar delante de sus amigos/ligues/conquistas de todo el uso que le da (aunque sea frotarla contra una pared o dejársela a su perro). Aprovecha cualquier situación para sacar su guitarra a jugar. Lo verás en cualquier plaza o esquina con un grupito de amigos y cerveza en mano desafinando un poco.

4. El modernillo de gafa de pasta: 
Se encuentra en todas partes. La lentillas están pasadas de moda aquí. Cada día le ves con un modelete diferente de gafa de pasta, a juego con su look. Puede que sean de coña y en realidad no las necesite, son simplemente un mero accesorio más. El modernillo se caracteriza por querer aparentar que le encanta leer a Bukowski, los graffitis de Banski y la música más alternativa existente. Pero en la mayor parte de los casos no es así, es todo pura fachada. Te puede invitar a tomar un café; pero como todos, van a lo que van.

5. El "occhiali da sole":
Siempre va con gafas de sol, pero SIEMPRE, aunque llueva o granice, aunque sean las 8 de la tarde. Si peuden ser de espejito mejor. A primera vista parece guapo, ese modelete de gafas de sol disimula todo. Porque luego se las quita y.... SORPRESA!!!

6. El perroflautico estándar:
Si algo hay en Bolonia son perroflautas; o “pancabestie” como se denominan aquí. Soy una enamorada de la raza canina y me hacen mucha gracia los perros, si alguien me conoce mínimamente lo sabe. Pero aquí he visto las razas de perros más extrañas, los chuchitos que veo pueden ser una mezcla entre perro salchicha y caniche; o pastor alemán y teckel. Hay de todo y muy graciosos. La mayor parte de las veces se asemejan bastante a sus dueños, que los llevan a todas partes; también como un accesorio como las gafas de pasta o la guitarra. Cuanto mas grande sea el perro, mejor.

7. El Mariano di Vaio: 
Seguramente no sepáis quién es si estáis en España, pero aquí se trata de toda una celebrity. Un modelo y blogger de moda cuyo estilo me convence a veces si y a veces no. En ocasiones se pasa de “fashion” y “trendy” y me hace replantarme el sentido de la moda italiano.
Los italianillos que meto en este grupo son aquellos que tienen un tupé  que te hace preguntarte cuantos botes de laca gastan a la semana; su piel bronceada en cualquier época del año y sus camisas en tonos azules son un instrumento básico también. Metrosexuales a más no poder, con cejas perfiladas y cuidando siempre de su dieta y el deporte hasta puntos obsesivos.  La palestra es su segunda casa. Su ego por las nubes siempre les acompaña. Éste te invitará a hacer aperitivi a algún ligar cool o “figo” como lo llaman aquí. En Bolonia es bastante difícil de encontrar, aunque existen ojo.

8. El típico italiano: 
Qué os voy a  decir que no sepáis. El italiano medio nunca desiste, no acepta un no por respuesta, no entra en su cabeza. Te promete el cielo y la luna y es celoso, golfos hasta la muerte y pesados. Que si “quanto sei bella” y mil frases de esas que les gustan tanto…  Te aborda en la barra del bar/discoteca  y es como una lapa. El típico napolitano vaya. Menos mal que este grupo está disminuyendo y está entrando en otros de los grupos que os he descrito anteriormente.

9. El “pariolino”: 
Es el italiano pijillo, aquí en Bolonia no se ven mucho, pero en Roma sí. No se pierden ni una fiesta en los locales de moda, visten pantalones chinos y camisa, la americana que no falte; repeinados pero con estilo. Saben embaucarte, y si te echas un amigo de este grupo te planificará la semana para que no te aburras ni un solo día.

10. El pasota: 
Es para mi gusto, el italiano más normal. Tiene su vida y no acosa. Aunque en muchos momentos tiende a desaparecer, pero son buena gente. El pasota se puede cambiar a cualquiera de los grupos anteriores aunque su esencia es esa, la de no dar el coñazo.

Ahora decidid vosotras, ¿con qué grupo os identificáis más? 




9 de abril de 2014

IN - SOM - NIO


Dicen que con la primavera también viene la astenia y el cansancio que eso conlleva; yo debo de ser la excepción. Estoy literalmente hiperactiva, porque aunque  por las mañanas a primera hora hasta que no tengo dos cafés y un te en sangre no soy persona por las noches tengo un insomnio que no me deja pegar ojo.

En serio, jodido insomnio, mira que me molestas capullo, que quiero dormir, agustito en mis sabanitas floreadas de mi cuartito boloñés, y no haces más que molestarme.

Esas horas que pasan, el reloj y su tic tac, y la ansiedad de ver que no duermes y que por muchas vueltas que des el colchón sigue igual, las sábanas hechas un lío y la almohada por mucho que le des la vuelta para que te toque el lado fresco no hace efecto. No quieres ponerte a pensar porque entonces estás jodido amigo.

Y después de una hora de lucha con la almohada llega el momento de ir a la cocina, te contienes por no asaltar la nevera; y para resistirte te preparas un “infu-reax”, “infu sueños” o cualquiera de esas mariconadas con las que te quieres autoconvencer de que te vas a quedar dormido.

Te la preparas con una parsimonia y una concentración como si estuvieses preparando un plato de alta cocina en lugar de una infusioncita; y te sientas en la soledad de la cocina nocturna y te pones a reflexionar.
Pero como no te apetece reflexionar te la tomas rápido y la cama de nuevo

Y es en ese momento en el que ya te empieza a entrar la tontería cuando ya te empiezan a pesar los párpados;  es cuando me sucede lo siguiente.

Hago mis listas de cosas mentales
Reflexionas acerca de la vida y sus misterios; qué te va a deparar
Te propones nuevas metas y objetivos
Y te quedas medio sobado

Pero justo en ese momento en el que ya no diferencias cuando estas o no dormido; cuando mezclas un paisaje caribeño con un trineo de Papa Noel volador, es en ese momento cuando me viene la “inspiración”

Por desgracia sí, me vienen temas para escribir; a puñados, frases ingeniosas y de todo. Y es en ese momento cuando me digo “Coño Marta, ya se te podría ocurrir esto en otro momento, que ahora no me apetece moverme para apuntar esto y lo otro; y mañana se te va a olvidar”
Y efectivamente, al día siguiente me acuerdo de la mitad
Vaya tela, una putada. Mis genialidades perdidas.

Es por eso que en estos últimos días  me he propuesto escribirme aunque sea algunas de esas frases. Pero como me da pereza levantarme y coger una liberta y un boli, pues tiro del bloc de notas del móvil; que siempre me vigila en la mesilla de noche

Pero el problema es el siguiente, escribo la dichosa frasecita sí; pero después me leo los whatssaps nocturnos y echas un vistazo rápido a Instagram, a Facebook… Total que ya han pasado cinco minutitos, diez…

Después de 4 o 5 asaltos al móvil al día siguiente me encuentro con unas ojeras de espanto; y  algunas frases que no son tan fabulosas como parecían por la noche. Pero que igualmente me siguen inspirando.


Quien sabe, estoy llegando a la conclusión de que igual esto del insomnio también me lo estoy provocando un poco yo, ¿no?




3 de abril de 2014

De luces va la cosa


De luces va la cosa...

Hay días en los que uno se siente pletórico. De esos en los que te quieres comer el mundo y ves que puedes lograr todo lo que te propongas. La cuestión es proponérselo.
Bien , hoy es uno de ellos. A mí la verdad es que me influye bastante la luz del sol. No sería capaz de vivir en una ciudad como Londres, donde la luz es algo muy cotizado…

Eso de que cada ciudad tiene su propia luz es cierto. 
Pero en mi opinión como la luz española no hay ninguna. En Italia donde vivo ahora por ejemplo, no es igual; será porque estoy en el norte pero he visto muchas ciudades aquí y he de decir que ninguna tiene el reflejo del sol característico que tenemos nosotros. Otro ejemplo, París, la “ciudad de la luz…” que queréis que os diga, es una ciudad preciosa pero si tuviese la luz que tenemos en España lo sería aún más, es como que le faltan “matices”

Porque como en España en ningún sitio. Me explico; en Madrid, a las 6 de la tarde un día de primavera tiene una luz especial. Es difícil de explicar…

Esa dosis de energía que te da un día soleado pocas cosas lo pueden igualar. Asociamos el sol con la felicidad, con el buen rollo, con las cañas con amigos, con los paseos, con aprovechar el día, con descubrir mundo.

Pero también tengo recuerdos de días malos, en los que te dan una mala noticia y hay luz, mucha luz. Y es en esos momentos en los que te quieres consolar y te refugias en esa luz. Piensas que en un día tan bueno, tan bonito no se puede joder la cosa ¿No os pasa?. Pero eso es así,  nuestro estado de ánimo varía completamente en función de la luz.

Ya se nota que la primavera está aquí, nos encontramos más activos, las caras de la gente cambian. El buen humor se ve en todas partes, y en verano ya ni os cuento.

Es cíclico todo, en invierno nos proponemos aprovechar más el tiempo en casa, hacer algo productivo con nuestras vidas; aunque luego no llevemos a cabo nuestros proyectos. Nos consolamos con que la luz, esa luz de la que os hablo llegará pronto. 
Queremos estar listos y tenerlo todo preparado para cuando esa luz nos visite de nuevo.


Y cuando llega, el tan preciado tesoro; nos sentimos así, pletóricos


31 de marzo de 2014

22



Toca tus ilusiones, parece fácil pero considéralo un desafío.  
Sólo si puedes alcanzarlas mínimamente con un dedo ya es un avance. Y si lo consigues, agárralas y guárdalas en un frasco de cristal, para que así todos esos recuerdos, esos momentos, se guarden en tu memoria. Los logros de eso que llamamos vida.

Últimos momentos con mis 21 años, en plena juventud, la  frescura creo que es la palabra que mejor me puede definir en ese momento. Como los pétalos del polen que vuelan en dirección a ninguna parte concreta. Así me siento yo. Cargada de energías e ilusiones, con todos los caminos abiertos para decidir a donde encaminar mis pasos.

La posibilidad de poder decidir que hacer o no hacer con mi vida. Y echar la vista atrás y ver cómo cambian las condiciones. En este momento, con la carrera prácticamente terminada y perdida como casi todos los jóvenes que se encuentran en la misma situación que yo.

La incertidumbre y las dudas me acompañan día a día.
Pero ¿y a quién no?

Esos pequeños desafíos cotidianos es lo que le dan chispilla a la vida, si no menudo coñazo. algo que nos hace que apreciemos los momentos en los que no tenemos que preocupamos por nada, en los que nuestra mente se queda en blanco y sólo nos limitamos a “disfrutar”.

Pues bien, yo puedo decir que me siento afortunada. Casi 22 años con unas vivencias, y unos momentos increíbles. Pudiendo realizar prácticamente un sueño, aquí en Italia, desde hace ya más de un año. Una vida que cambia constantemente, en la cual si se hace un balance nos damos cuenta de las cosas que hemos alcanzado y que no esperábamos.

Momentos buenos y malos.
Y palos gordos, para qué negarlo. Situaciones que no pensabas que te fuesen a pasar en la vida, y que te hacen apreciar todo lo que tienes. Puede que suene tópico pero es así.

Pero todo lo que baja sube, positivismo siempre. Que cuando nos levantamos el lunes ya nos damos cuenta de que estamos a viernes noche preparándonos para salir.

Pues eso, que son dos días

Y muy pero que muy cortos.

Así que dejémonos de tonterías todos, y a aprovechar el tiempo y dejarse de gilipolleces