31 de enero de 2012

Ese fenómeno.. LAS REBAJAS


La gente se queja, y con mucha razón, de que el dinero ya no dura lo que antes. Al iniciarse la era del euro, podías salir de casa con un billete de veinte en el bolsillo y podías darte varios caprichos. Hoy el dinero vuela y por cualquier chorrada te cobran una pasta. Si ya hablamos de la época de las pesetas, o de la época de nuestros abuelos ya ni os cuento.

A esto hay que sumarle la crisis. La dichosa crisis, tema de conversaciones al que siempre se recurre cuando no podemos comprarnos algo, o cuando vemos el aumento de los precios, o cuando pensamos en el futuro laboral… La frase “Todos los caminos llevan a Roma” parece que puede aplicarse e este tema, pues todos los temas nos acaban conduciendo a ella. Achacamos incluso nuestra infelicidad o nuestros líos mentales a la crisis. Incluso yo misma lo hago, cuando noto esa atmósfera de negatividad y pesimismo que hay en el ambiente.

Pero por mucho que el bolsillo esté resentido. En enero y julio ocurren dos sucesos muy importantes y de los que voy a hablaros… Las rebajas.
Ellas

LAS
REBAJAS


Ese fenómeno que provoca la histeria colectiva, con el que la gente encauza sus ansias consumistas hacia los objetos más económicos, hagan falta o no.

Para explicar esta locura hay que respirar profundamente y tranquilizarse. ¿Listos?



Cuando tienes pensado ir a las rebajas puedes ser dos tipos de persona. O el que va a pillarse algo que le guste si la tienda está de paso, o la loca que va el primer día a las 10 de la mañana a arrasar con todo.
Yo me he calificado en diversas ocasiones en el segundo grupo, pero he de reconocer que ya he pasado al primer colectivo (gracias a Dios)

En mi opinión, se han convertido en el peor período de tiempo en las tiendas.
Ropa por los suelos
Colas interminables
Dependientas de mala leche
Prendas espantosas que nadie ha ido comprando a lo largo de las temporadas, y que aprovechan para intentar encasquetarte. Esos pingos horrendos sin ton ni son, que no te pondrías nunca, y que la tienda no se digna a poner a lo largo de las temporadas, pero que en las rebajas intentan encasquetarte. Porque no me lo neguéis, en las rebajas parece que fabrican una serie de prendas espantosas, con las peores telas para cubrir los bajos costes de beneficio.

Pues bien, si eres de l@s que aparecen el primer día. Siento decirte que “tu gozo en un pozo”.
Ya puedes llegar cuando las tiendas llevan una hora abiertas, que ya estará todo desolado, por el suelo, arrugado y sin tallas. Porque parece que las S y las M duran 5 minutos en la percha. Eso sí, si quieres una XXXXXXXXL no tendrás problema en encontrarla. Parece que fabrican el triple de existencias de estas tallas de verdad. Si eres de los afortunados que han tenido suerte y has podido coger la prenda deseada, ¡enhorabuena! Considérate un tío listo, con un don para los juegos de azar.
Porque sí. Encontrar la prenda deseada depende del azar, de tu situación estratégica en la tienda. De tu mañana para pelearte, dar tirones o empujones.
A veces simplemente se trata de un toque de gracia, encontrarte esa prenda que te gusta tirada en el suelo, y casualmente de tu talla. Impresionante.

Pero no lo neguemos, las probabilidades de que ocurra esto son muy bajas, es más fácil ganar un dinerillo en el casino.

Otro aspecto  del que no he hablado y que es fundamental. La nueva temporada
Dichosa nueva temporada.
Adorada nueva temporada.
Cuando llevas una hora en la tienda y no encuentras nada medianamente decente, ves EL RINCÓN. Esa esquina en la que no hay ni Dios y en la que, como por arte de magia las prendas están intactas. Unas monadas bien dobladas y que se ajustan a tu idea de lo que querías comprar… Te acercas, decides cogerte un par de cosas para irte satisfecho de las Rebajas; cuando te des cuenta de que un cartel minúsculo resuelve tus dudas acerca del orden, la tranquilidad del ambiente y la belleza de la ropa. “Nueva temporada”, en una letra minúscula  en una esquina casualmente con menos iluminación que en el resto de la tienda, te indica eso, que de rebajas nada monada.
Pero para tu desgracia, ya estás ilusionad@ con lo que te quieres llevar, ya te habías hecho a la idea de que te ibas a comprar algo y no te quieres ir con las manos vacías.
Y claro, acabas pecando. Terminas comprándote lo novedoso en el período de Rebajas.
Porque no lo neguemos, todos lo hemos hecho. A todos nos ha pasado. Absolutamente a TODOS.

Al final vuelves a casa, agotado por la búsqueda, y con las cosas que podrías haberte comprado tranquilamente en cualquier otro momento, huyendo de toda esa histeria colectiva.

Los dos meses siguientes las tiendas se irán vaciando, y seguirán quedando las prendas espantosas de la XXXXL hasta que se acaben las dichosas Rebajas. Estamos deseosos de que quiten ya esas mierdas para poder comprar tranquilos.

Cuando he dicho que es la peor temporada en las tiendas no me faltaba razón…

1 comentario:

  1. Cuanta razón. Yo soy de las que se va de rebajas y llega a casa con ganas de que llegue el verano para estrenar todas las cosas que se ha comprado sin ningún tipo de miramiento, obviamente de la nueva temporada.

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