27 de noviembre de 2011

(Des) Concentración

Cada vez que tengo que estudiar aparece un nuevo entretenimiento para mí. De mi habitación, en ese momento de concentración surge un abanico de posibilidades para evitar realizar ese acto.

Un abanico de posibilidades anti-estudio se abre ante nosotros

El abanico es de dimensiones gigantes, abarca múltiples objetos. Algunos en los que ni siquiera podrías haber pensado antes. Para comenzar, estoy escribiendo en el portátil, en lugar de estar dedicándome a los lenguajes y tecnologías audiovisuales. Es de vital importancia conocer la gama cromática, los tipos de micrófonos existentes o como se crea la señal televisiva, de verdad que sí. Pero estos objetos que me rodean en mi pequeño mundo son malos y tentadores; y me desconcentran totalmente.


El portátil, en estos momentos debería estar escondido, debajo de la cama, en un cajón, donde fuese. Pero mi fuerza de voluntad este domingo, de cielo soleado está bajo mínimos.

Como decía, la mayor desconcentración la produce este dichoso artilugio. Internet, Spotify, Twitter, Facebook y demás redes sociales son mi perdición. Eso sin contar los millones de fotos, vídeos… Pero también está la Blackberry, objeto con el cual tienes las mismas posibilidades de distraerte; incluso más con eso del Whatsapp. Ese pilotito rojo es mortal, siempre mirándolo a ver que te han escrito. Terrible. De la televisión ni hablamos, por suerte no soy muy teleadicta; prefiero ver las series y programas que me gustan por Internet cuando a mí me apatece; pero se me de algun@ que puede ser su perdición, o su suspenso.

Cuando ya me dispongo a abrir el libro siempre tengo la manía de echar un vistazo a mi tentadora habitación. Últimamente, enciendo todas las velas que tengo; unas 10, a esto hay que sumarle los inciensos. Todo para crear un ambiente más relajado, más bohemio. Pero claro, al final parece la película de Ghost, así rollo romántico. Después de un rato con todo eso encendido lo que sucede es que alguien de mi familia abra la puerta de mi guarida, y se intoxique con el humo que hay, cosa de la que yo no me doy ni cuenta. Ya os dije que me ayudaban a concentrarme. Pero bueno, lo que es la habitación huele muy bien eso sí.

Buscar viejas fotos, libros es otro recurso, ver apuntes de otros años… Si encontramos algo que nos hace gracia llamamos a alguna amiga para contárselo, claro, así ya perdemos una hora.
De repente contemplar que unos de los cuadros de la pared está un poco torcido. Dios, eso es horrible. Mi mayor afán siempre es colocarlo. Si tienes que ir a por un martillo y un nivel lo haces. Todo sea por la estética de tu cuarto.

Tener los pintauñas expuestos al lado de tu escritorio tampoco es buena idea. Yo misma hace un rato me he hecho una buena manicura. De entre toda la gama cromática me dispongo a elegir un color original que se lleve esta temporada, lo cual da que pensar, no suele ser tarea fácil puesto que la mayor parte de las veces los tonos rojos se apoderan de mi. Pero una vez que te decides por un pintauñas diferente cual es mi sorpresa al abrir uno viejo que compré hace un par de años en los chinos; y ver ¡que no está seco! Pinta incluso mejor que el de Chanel de mi madre. Porque Carlo di Paco di Roma, esa marca que todos los chinos de España y del mundo trabajan, debe de tener un pacto con alguna firma de cosmética cara para poner los mismos componentes a sus pintauñas, lo creo de verdad.

Otra cuestión es si tienes un espejo cerca de la mesa, si te ves algún pelo rebelde en la ceja, has de quitártelo. O incluso te ves mala cara, ojeras y pálida. Eso de estar en pijama estudiando no hace que resultemos muy sexys, por eso incluso me pongo hasta un poquito de colorete aunque esté en casa. O alguna crema de esas revitalizante.

Con tanta pérdida de tiempo decides que es hora de hacer un sacrificio. Esas dos horas de descanso que dedicas a ver la película de la hora de la siesta ( las de Antena 3 son las que se llevan la pama) lo suprimes para estudiar. Y sentire realizada, estar bien contigo misma. Porque esas películas que son más un culebrón que un film pueden esperar. El deber nos llama

Una vez que ya te ves buena cara, las uñas bien pintadas, la habitación perfumada, portátil y Blackberry escondidos en un buen sitio. Un cafelito y ¡a por ello!

2 comentarios:

  1. JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJ
    acabas de describir mis tardes de estudio a la perfección...nadie entiende que hago con pintauñas y el kit de manicura en mi escritorio tmpoco.... que peligro tenemos!

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