16 de noviembre de 2011

Rituales matutinos... El sufrimiento diario.

A todo el mundo le pasa. Dormir 5 minutos más se transforma en nuestro mayor placer por las mañanas. Porque todos, absolutamente todos, retrasamos el despertador, el que diga que no es un mentiroso. Sé de más de uno que se lo pone 5 minutos antes para retrasarlo y así levantarse a la hora. Quedarnos remoloneando en la cama, calentitos, aún con los restos del sueño rondando por nuestras cabecitas, eso nos encanta…

Que si despertadores con luz, otros que imitan el sonido de los pajaros, los que te llaman por tu nombre… los hay de todo tipo. En mi caso utilizo mi Blackberry como despertador, la pongo en la estantería más alta de mi cuarto. Y más de una vez (y dos, y tres…) he abierto el ojo con ella debajo de una perna, de la almohada, entre las sábanas, o incluso en un cajón. Y es ahí cuando me pregunto si seré sonámbula o algo de eso.


Para mi gusto, el ritual de despertarse es horrible. Levantarnos con mala cara, los ojos hinchados; salir de nuestra burbuja; calentita, suave y apetecible. A nadie le gusta eso. He de reconocer que mi despertar no es de los más alegres del mundo. Yo no soy de esas que se levantan, se estiran y se ponen a dar las gracias porque un nuevo día ha empezado, no. Yo soy de las que se despiertan y piensan; joder, que pronto es, quedan X horas para echarme la siesta, esa es mi motivación para arreglarme. Triste pero cierto.

De verdad que envidio a aquellas personas que se levantan y se ponen a hacer ejercicio, me parecen unos héroes. Esos hombrecillos con los que me cruzo por las mañanas antes de subir a mi coche, que medio dormidos se calzan sus deportivas y se van a correr al parque, para mí son dignos de alabanza. Si yo fuese Dios ya los premiaría con 10 años más de vida y una buena salud por el simple hecho de plantearse eso.
Porque sí, todos alguna vez hemos hecho ejercicio una mañana, de esas que nos levantamos inspirados, y te sientes realmente bien el resto del día. Estás orgulloso de ti mismo. Pero seamos realistas, si te levantas a las 8 y a las 9 tienes que estar en clase o trabajo, imposible sacar tiempo para hacer ejercicio. A no ser que te levantes una hora antes… De ahí que diga que son mis héroes.

Pero bueno, una vez que nos hemos levantado de la cama, cuando ya la primera prueba está superada, nos damos cuenta de que vamos mal de tiempo. Todos los años, al inicio de curso me levanto 45 minutos antes que en la época final, lo tengo comprobado. Voy desplegando una capacidad para arreglarme más rápido de lo me creo capaz. Impresionante lo que hace el ser humano, ese desarrollo de facultades ocultas…

Pasillo, café rápido. En tres cuartos de hora tienes que estar en clase o en el curro, y en ocasiones en las que el baño está ocupado, (la mayor parte de las veces por u hombre) te duchas a la velocidad de la luz. Y es ahí cuando me pregunto ¿cómo puedo tardar yo menos que ellos? Porque cuando mi poder oculto sale a la luz, soy capaz de ducharme-secarme el pelo-peinarme-maquillarme-pensar la ropa-vestirme-coger el bolso y demás cosas en escasos 20 minutos, y además con tiempo de escuchar la radio, oye. Algo que, chicas, si sois listas y agudas también podréis llegar a hacer. Es cuestión de tiempo.

Para las que somos perezosas y no nos pensamos el modelito la noche  anterior, porque nos da morbillo las prisas y preferimos la inspiración matutina, siempre sufrimos algún percance. Ayer mismo tuve que salir de casa sin abrigo porque por arte de magia habían desaparecido todos. Voy a especificar más, desparecieron los que me pegaban con la ropa claro, tampoco es plan de ir zarrapastrosa con una cosa de su padre y otra de su madre. Porque antes muerta que sencilla, y si vas del coche a la uni y de la uni al coche puedes permitirte pasar 5 minutos de frío. Eso sí, toma siempre Supradyn Activo, que estamos en una época muy mala y podemos coger una pulmonía, ya lo dicen las abuelas…

Si la camisa que te quieres poner no está tendida, o peor aún, en el cubo de la ropa sucia. Si encuentras todos los apuntes que te tienes que llevar. Si no te quemas con el café. Te das bien el rímel si eres mujer, o no te cortas con la cuchilla si eres un hombre… Si superas todas esas pruebas podrás hacer frente al largo día.

Pero aún tienes que superar la última prueba. La decisiva. Si te diriges andando a tu destino eres un afortunado, no puedes participar. Pero si tienes que coger el bus o el metro, esa carrerita para cogerlo y los empujones ya dentro entre axilas sudorosas para poder sentarte no te lo quita nadie.
Si vas en coche, recordar dónde lo dejaste aparcado la noche anterior es clave. Porque la cara de idiota que se te queda cuando te vas a un sitio y descubres que no está ahí., esa cara sólo la ven los porteros de las casas colindantes; seguidos del paseíto en todas direcciones para encontrar tu buga, algo de lo que nos solemos avergonzar bastante. Esos paseos en balde, que en mi caso no son pocos, son más que patéticos.

¿Estás ya dentro del coche/bus/metro/renfe/moto/taxi? Pues bien, sólo te diré que aunque estés ya cansado de toda la tralla previa que has tenido; si estás desesperado no recurras al carajillo mañanero del bar de al lado del curro. O bueno, si te ves muy estresado tomátelo, que la vida son dos días.

3 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo! A mi también me pilla siempre la pereza mañanera...
    Los despertares de las películas en familia, todos felices, sin prisa y con un millón de cosas riquíiiiiiiiiiisimas para desayunar son eso, de película.
    Por cierto, me extraña eso de que tú vayas sin abrigo eh... No me suena ni nada ;)
    Un besaaaaaaaaaazo pequeña Benayitas!

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  2. Cierto es que muchas veces los tíos tardamos más que las tías churri! jajajajaja
    Eso sí, en lo que todos coincidimos es en que según va pasando el año vamos desarrollando una capacidad de darnos prisa insólita... aunque también llegamos tarde alguna vez (muchas), todo sea dicho xD

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  3. que razon tienes amiga!jajaja

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