Frío (2 parte)

Mañana se inaugura el iluminado de Madrid. Y a mi esto me hace pensar muchas cosas.
Ya comienzan las compras.
Los dulces.
Comilonas.
Fiestas, resacas…

La Navidad hace ya tiempo que perdió su sentido. Pero a mí en realidad me encanta esta nueva versión de la Navidad, mejorada.
Si bien muchos se quejan de que es una época en la que no ayudamos a los demás, no pensamos en los necesitados, que si caemos en el consumismo y mil pecados más, yo les digo que; lo que hay que hacer es dar lo mejor de nosotros mismos siempre. No sólo en las 3 o 4 semanas que hacemos que dure la Navidad.

Si queremos consumir y podemos, hagámoslo. Además de ayudar a la economía de nuestro país también nos ayudaremos a nosotros mismos. Porque no me neguéis esto. ¿A quién no le hace ilusión ir a comprar regalos? Buscar con afán algo para un familiar, un amigo, alguien especial. No hace falta que sea Navidad, puedes hacerlo cuando quieras; cuando salga de ti. Pero en esta época todo apetece más.

Esa el tiempo que pasas con tu gente, en la que disfrutas de los días, del frío. Incluso de la nieve, cuando recibimos este regalo.
Del olor a hierba mojada, fría. La leña, la ceniza. Aroma a dulce.
Las calles más emblemáticas de la capital se vuelven más bellas, si cabe. Esa luz lo embellece todo.
Mil cosas hay por hacer en estas fechas.
Por otro lado, se cumplen las tradiciones de todos los años.

Nochebuena con los tuyos… ¿ Y la Nochevieja?
Ay la Nochevieja… Se ha transformado en la noche del año en la que más dinero te gastas. Una noche completamente mitificada. Si quieres ser original ni se te ocurra comprarte el vestido en estas fechas, porque te encuentras a alguna con el mismo fijo. La mayoría de las chonis, tirando de Blanco, por supuesto; vestidos de raso negros y ajustados con más brillos que las medias de los chinos incluso, y que poco dejan a la imaginación. Y yo me pregunto los diseñadores qué patrones o en qué se basan para realizar estas “obras maestras”

El tema de la discoteca, más de lo mismo. Después de estar recibiendo el acoso durante un mes y medio de Relaciones Públicas varios, que te ofrecen “las mejores salas de Madrid” te das cuenta de que todos son un timo. Muy pocas se salvan.
Con eso de que ya has soltado el dinero de la entrada, no hacen ningún tipo de vista gorda en cuanto a la gente.
Las discotecas más prestigiosas se llenan de “intrusos” que en su vida han pisado ese sitio. Pero ojo, que es Nochevieja tú, qué cosas.
También es la noche más corta. Llegas con tu vestido después de haber estado pensando minuciosamente el modelito. Para resultar elegante sin ser hortera. Y te ves enlatada en la barra por conseguir una maldita copa. Unas colas inaguantables, todos “aprovechando” la barra libre que posees gracias a esos 60 euros (o más) que has tenido que pagar religiosamente. El chulo de turno, el pesado, el que vomita, el que tiene amnesia, de todo hay esa noche.
Si logras sobrevivir, y en el ropero no te han perdido (por no decir mangado) el abrigo, bolso o cualquier otra pertenencia; el mítico chocolate con churros, es lo mejor de la noche. O mejor dicho de la mañana ya.

Como veis la vida es cíclica, siempre lo digo. Yo de todas formas sigo esperando con ilusión estas fechas, vacaciones, nieve, fiestas, frío, champán, sorpresas… Porque la vida, es maravillosa así; con sus más y sus menos. Con vestidos chonis y cubatas derramados en los tacones.

La vita è bella!